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Todos hemos pasado por situaciones complicadas, por momentos difíciles. Esto es algo a lo que no hemos escapado ninguno. Y es precisamente en esos momentos en los que las cosas no van como esperamos o deseamos cuando, más que nunca debemos buscar un equilibrio. Sin embargo, llevarlo a la práctica no es tan fácil como simplemente pensarlo o desearlo.

Cada uno de nosotros somos un mundo. Cada uno de nosotros cuenta con sus propias experiencias y circunstancias. Todos somos diferentes. Y somos diferentes también en nuestra forma de ser.
Es fascinante mirar a nuestro alrededor y comprobar cómo, dos personas, ante situaciones similares actúan y reaccionan de maneras totalmente diferentes; donde unos ven muros, otros ven retos a superar.

Sin duda, la inteligencia emocional juega un papel fundamental en esto. A mayor inteligencia emocional, mayor capacidad de dirigir nuestra vida tendremos. Cuantos más y mejores sean nuestros recursos emocionales, mejor nos irá en todos los aspectos de nuestra vida.

Y lo mejor de todo esto es que la inteligencia emocional es algo que se adquiere, que se trabaja… por lo que todos podemos tenerla y mejorarla.

De la misma manera que podemos trabajar para desarrollar nuestra inteligencia emocional, hay cosas que podemos evitar precisamente para mejorarla. Y es precisamente de esas cosas de las que os quiero hablar hoy, de lo que una personal inteligente emocionalmente no hace o haría. ¡Vamos allá!

Permanecer en su zona de confort

Una personal con inteligente a nivel emocional, desde luego, no se queda en la zona cómoda, esperando que las cosas pasen. Ahí dentro nada interesante pasa. Y eso lo saben muy bien.Tienen muy claro que todo lo que merece la pena está precisamente fuera de la zona de confort… y no se conforman con desear, salen y van a por ello.

En su vida no hay hueco para el rencor

El rencor es una emoción negativa que provoca un gran impacto en nosotros, en nuestra vida. Inevitablemente este tipo de emociones negativas nos generan estrés y eso no es precisamente bueno, ni para nuestro cuerpo, ni para nuestra mente.

Una persona con inteligencia emocional sabe que anclarse al rencor significa someterse a un estado de incomodidad y estrés. Y cualquiera, lo que busca, es justamente lo contrario… soltar todo lo malo, lo negativo, lo que no aporta.

No tienen la necesidad de exigir atención

La necesidad de recibir continuamente atención, sin duda, es síntoma de carencias, de problemas a la hora de definir una identidad propia.

Cuando una persona posee inteligencia emocional, hace lo que considera oportuno en cada momento, sin importar lo que hay alrededor o lo que opinen los demás sobre ello… y, por supuesto, lo hacen tanto si hay como si no hay alguien que les apoye y mime su ego.

Una persona inteligente a nivel emocional tiene sueños, restos y objetivos claros… y ha trazado un plan para alcanzarlos. La inteligencia no le exime de los errores, pero sí le sirve para medir y recompensar sus avances y también para aprender de los fracasos y volver a intentarlo con más experiencia y sabiduría.

 

Gracias por leerme. Ya sabes que me encanta conocer vuestras opiniones y visiones, así que estás invitad@ a comentar y participar…
¡Nos leemos la próxima semana!

liderazgo emociona

Controlar las emociones es otra de las claves importantes del liderazgo.

Antes de entrar de lleno en el tema, me gustaría comentar que, nuestras emociones las manifestamos de manera fisiológica (aceleran nuestra respiración y ritmo cardíaco, aumenta la tensión muscular en parte de nuestro cuerpo, etc.) y también a través de nuestros pensamientos.
Es realmente importante que el líder adquiera y trabaje las habilidades que permiten gestionar las emociones…

Cuando somos conscientes de nuestras emociones, nos cuesta menos manejarlas y eso se traduce en un mayor control de nuestra vida. El problema aparece cuando no somos conscientes de ellas, porque nos dominan.

Cuanto más nos conocemos a nosotros  mismos, mayor es nuestra capacidad para controlar nuestros sentimientos y amoldarlos a cada momento o circunstancia; pero ojo, que controlar los sentimientos no significa reprimirlos. Por ejemplo, la ansiedad es una reacción natural y positiva que nos pone en alerta ante situaciones de riesgo, pero puede convertirse en negativa si no la controlamos y permitimos que provoque conductas inadecuadas o se active ante estímulos que realmente no suponen riesgo.

Cómo controlar las emociones

«Respira hondo«, es lo primero que decimos o nos dicen cuando estamos ante una situación complicada.
Utilizar técnicas de respiración es muy útil para controlar las reacciones fisiológicas.

Controla tu pensamiento y detén los pensamientos negativos.
Cada vez que te encuentres en una situación tensa o complicada, presta especial atención a tus pensamientos y cada vez que detectes un pensamiento negativo, grítate a ti mismo: ¡BASTA! Y sustitúyelo por otro positivo.
No es fácil identificar esos pensamientos negativos, se necesita práctica, pero lo importante es comenzar a prestar atención e ir, poco a poco, siendo conscientes de ellos.

Ensayo mental, ensayar o imaginar situaciones complicadas y cómo saldrías de ellas, lo que dirías, qué medidas adoptarías…  Es una técnica que nos permite sentirnos más seguros cuando realmente estamos ante circunstancias adversas.