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La vida de —casi— todo profesional está íntimamente ligada a competencias, logros y metas que alcanzar. Pero cuando las cosas no marchan como nos gustaría y las competencias se pueden convertir en derrotas o errores y los logros en obstáculos a los que no encontramos la manera como afrontar; entonces los temores se convierten en un habitual del día a día.

Situaciones de continuo estrés y tensión, lidiar con una competencia cada vez mayor y más fuerte en el ámbito laboral, superar las expectativas propias y depositadas en nosotros por nuestros superiores… y así, podría seguir con un largo etcétera. Pero mejor adentrémonos ya en el kid de la cuestión, porque hoy quiero hablarte, precisamente de esos miedos, frecuentes y más comunes de lo que imaginas en cualquier profesional.

Los miedos más habituales en un profesional

Miedo al jefe

Empiezo por todo un clásico: el miedo al jefe.

No pienses que eres el/la único/a que tiene miedo a su jefe, ¡para nada!

Podríamos hablar de la diferencia entre jefe y líder, ya que tiene cabida, pero lo dejaré para otro artículo, mejor, porque si no este post se hará eterno.

Lo que sí es un hecho es que cualquier jefe o superior debería ser un guía para el cumplimiento de metas, un facilitador siempre dispuesto a ayudar en el desarrollo de las estrategias que permitan alcanzar los resultados que se persiguen.
Cuando esto no ocurre, el jefe, en lugar de un facilitador puede ser quien esté frenando tu desarrollo y ralentizando el alcance de las metas del equipo o la compañía.

Este miedo, por lo general, no es un miedo a una confrontación, sino a no saber cómo aportar lo necesario.

Si te encuentras en una situación de este tipo, debes saber, ser consciente y tener siempre presente que tu mejor arma para vencer este miedo es la comunicación.

Evita siempre cualquier enfrentamiento o situación que pueda generar tensión. Y, por el contrario, emplea la comunicación como una herramienta para crear un diálogo abierto y profesional con tu superior.

Entiendo que puede ser algo complicado en un principio, pero mantén la calma y ten paciencia. Comienza a generar ese diálogo comentando ideas, ofreciendo argumentos que muestren los beneficios de la solución que has propuesto para el equipo o para la empresa, etc. En un principio puede ser más difícil, pero te aseguro que con el tiempo, irá fluyendo todo y te sentirás cada vez más cómodo/a.

Aún así, puede que tengas un jefe algo más complicado y ni siquiera se le de bien escuchar. También serás capaz de lidiar con él/ella, te lo aseguro. Ante este perfil, haz propuestas firmes, a ser posibles, avaladas por estudios o análisis que sustenten esas propuestas. Esta iniciativa no solo te ayudará a hacerle ver tu valor, sino a ser más eficiente en el trabajo y, estoy seguro, que a romper las barreras que pone ese miedo que sientes.

Miedo a no alcanzar los resultados

Es tan frecuente encontrar este miedo en los profesionales… Sobre todo y de manera más pronunciada en aquellos que se inician en el mundo laboral o que han cambiado de trabajo.

En estos casos es importante recordar dónde estás, lo que has superado para llegar hasta aquí y por qué lo estás haciendo… Poco a poco, con esfuerzo y dedicación, los resultados irán llegando.
Esto, obviamente, resulta más fácil cuando lo que hacemos es lo que realmente queremos hacer, cuando nuestro trabajo es también nuestra pasión. Se complica, sin embargo, cuando solo estamos en ese lugar para trabajar.

Mi consejo es que busques tu propia motivación. Encontrarte bien, contento/a y feliz con lo que haces en el trabajo, es clave.
Analiza todas tus responsabilidades y tareas en el puesto que estás desempeñando y busca lo que te atrae, lo que más te gusta… Es ahí donde tienes que buscar esa motivación y utilizarlo como punto de partida para demostrar tu valía y tu competitividad. Iniciando este camino encontrarás la forma de sentirte cada vez más cómodo/a y eso te ayudará a vencer ese miedo a no alcanzar los resultados.

Y no me digas que nada te gusta de tu trabajo. Siempre hay algo que nos atrae, que se nos da bien, para lo que tenemos facilidad, etc. Fuera excusas… ¡Busca lo que te mueve!

Miedo al cambio

Este es un habitual en cualquier aspecto de nuestra vida. Y es que, cuando el cambio está en el camino, el miedo puede hacer mucho daño, en cualquier ámbito. Sin embargo, cuando hablamos del ámbito profesional, cada vez más, los cambios son una constante y es fundamental ser conscientes y estar preparados para ello.

Ante una situación cada vez más cambiante, es realmente importante que los profesionales sean conscientes y estén totalmente convencidos de que tras cualquier conflicto o problema se puede rescatar una oportunidad de cambio positiva.

Si es este tu caso, te sugiero que mires con calma dentro de ti y te tomes el tiempo para analizar la situación y decidir si realmente este miedo tiene razón de ser. Si no está fundamentado, entonces, evita tener pensamientos al respecto en tu mente que te generen estrés.

En infinitas ocasiones he dicho y escrito que tener miedo a algo nuevo y desconocido es natural. Y me reitero. Pero debes saber y tener presente que ese miedo no solo no te ayudará a superar los obstáculos que pueda traer consigo lo nuevo, sino más bien todo lo contrario. Trabajar tu inteligencia emocional es la clave para superar todos esos cambios con éxito.

Y tú, ¿tienes o has tenido algún miedo?, ¿cómo lo has superado?

vencer miedo al cambio

Muchos somos los que, ante un sueño o la idea de un proyecto, sentimos miedo de lanzarnos a su conquista. El miedo en realidad no es al sueño en sí, o al proyecto, la verdadera razón de ese miedo es el miedo al cambio…

Hoy quiero darte cuatro claves que te pueden ayudar a  comenzar a caminar en dirección a lo que quieres o te apasiona.

  1. Sé honest@

¿Te has planteado qué es lo que realmente te frena? ¿ Y si el verdadero obstáculo que te pones es el miedo al cambio, como te decía, el miedo a hacer frente a algo que es totalmente nuevo? Quizá lo que está ocurriendo es que en este momento vives dentro de tu zona de confort y sabes bien que luchar por lo que quieres implica tener que salir de ahí, ponerte las pilas

La falta de motivación y de autodisciplina son muchas veces las responsables de que las personas no alcancen sus objetivos

Te propongo que hagas un ejercicio de honestidad contigo mism@, y te ayudes a descubrir e identificar qué es lo que realmente te impide cambiar. Una vez que consigas esto, estarás preparado para dar un paso más hacia el cambio que te permita alcanzar tus objetivos.

  1. Enfoque

¿Cuántas personas conoces con una meta pero nunca llegan a ella? Muchas. Muchísimas. En ocasiones esto se debe a que no están enfocados en ella.
Si tienes un objetivo, una meta, un sueño, un proyecto, debes estar totalmente enfocado en él.

Invierte tiempo cada día en ello, céntrate en conseguirlo, desarrolla una estrategia y sigue el plan… Verás como poco a poco vas avanzando en dirección a tu meta.

 

  1. Crea un mapa de aprendizaje

¿Qué necesitas aprender para conseguir tus objetivos?

Necesitas detectar las habilidades, capacidades o conocimientos que debes desarrollar, mejor, aprender.

Un mapa de aprendizaje te ayudará a programar tus iniciativas para mejorar todo lo que necesitas para lograr aquello que deseas.
Básalo en realidades, no es ilusiones. Márcate fechas. Comprométete.

  1. 3 acciones cada día

Mi consejo, compromete a realizar 3 acciones cada día.

La constancia y la dedicación son la clave. Si cada día das un pequeño paso, cada día estarás más cerca.
No importa si tu objetivo es pequeño o grande, hazlo con la misma constancia… Te aseguro que te sorprenderás.

Debes vencer la pereza a base de constancia, ilusión y autodisciplina. Si lo haces, en poco tiempo te darás cuenta que eres capaz de conseguir cualquier cosa que te propongas.

 

 Vencer el miedo al cambio es sinónimo de pasar a la acción, de comenzar a avanzar, poco a poco, pero con determinación.