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compromiso

Escuchamos hablar continuamente sobre la importancia del compromiso en las organizaciones y el gran problema de su ausencia en las mismas. Pero, ¿realmente falta compromiso o lo que falta es la capacidad de comprometer?

Podríamos abrir un debate que estoy seguro que resultaría más que interesante sobre qué es el compromiso o cómo lo entendemos…
Pero al final, un compromiso es una promesa que surge desde la libertad de una persona y afecta a la identidad del que promete.

Si hablamos del compromiso como promesa, como es lógico, ante una promesa, lo que esperamos es que se cumpla. Y si no ocurre así, la confianza se verá mermada. Por lo tanto, compromiso y confianza son dos conceptos que van íntimamente ligados.

Para llegar y conocer los niveles de compromiso en la organización, quizá deberíamos indagar antes en cuál compromiso de un líder al asumir un proyecto, o en cuál es el compromiso de un empleado a la hora de firmar su contrato… incluso ir más allá e indagar en por qué nos comprometemos.
Probablemente lo que nos lleva a comprometernos es la convicción de que haciéndolo vamos a obtener un bien mayor y al hacerlo respondemos a nuestros propios valores, esos que nos identifican.

Cuando hablamos de compromiso en el trabajo o en la organización, es importante plantearnos cuán valioso es para nosotros, ya que la consolidación de nuestras promesas dependerá, en gran medida, de ello. ¿ A qué contribuye nuestro trabajo?, ¿cómo lo interpretamos?, ¿cuál es nuestra interpretación de nuestro propio rol en la empresa, de la propia empresa, de la sociedad, etc?
Si nuestro juicio sobre todos esos aspectos relevantes es de alto valor, entonces nuestro compromiso será sólido. Si por el contrario no se trata de un juicio que nos satisface, nuestra vinculación a la empresa, al proyecto o a nuestro trabajo, se convertirá en un vínculo pasivo que, si somos honestos con nosotros mismos, más tarde o más temprano acabaremos rompiendo.

Poniendo el foco más en los lideres, mi pregunta es: ¿qué posibilidades o impactos estáis ofreciendo a aquellos que trabajan con vosotros? Porque resulta n tanto surrealista pedir o exigir compromiso cuando la oferta no está a la altura de la petición.

El mundo ha cambiado, quizá demasiado rápido, y el mismo ritmo ha avanzado el mundo en la empresa y los negocios. Los jóvenes, empleados y directivos de hoy no se comprometen tan fácilmente si no es con un vínculo que les ofrece valor.
Por naturaleza, deseamos y buscamos dejar huella en todo aquello que hacemos… He ahí la clave para un buen líder: desarrollar la habilidad de convocar ese talento.