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Uno de los grandes problemas de los directivos es la capacidad para innovar, que deviene de su propia habilidad para transformarse y asumir con coraje, decisión y seguridad los cambios, los nuevos retos, las situaciones complejas.
Entra en juego, entonces, la resilencia…

Es un concepto que procede de la física y hace referencia a la capacidad de los materiales de volver a su forma original tras haber sido forzados a un cambio o deformación. Ahora bien, en el campo de la psicología, la resilencia es la capacidad humana de enfrentarse a las adversidades, superarlas y salir salir fortalecido de la experiencia.

Son diversos los rasgos que identifican a las personas con mayor resilencia. Pero trataré de destacar algunos que considero, quizá, los más importantes:

El Autocontrol

Las personas con mayor resilencia son personas que han aprendido a conocerse, aceptarse tal y como son y valorarse.

Una correcta autoestima

La autoestima es un aspecto fundamental en cualquier ámbito de nuestra vida y el profesional, por supuesto, también.
Este tipo de personas confían en sí mismas, se ven de una manera realista y positiva, lo que les permite mantener un pensamiento positivo y estar abiertos a las posibilidades que a cada paso se presentan.

Pasión

Ponen toda su atención y energía en el talento y la búsqueda del bienestar en aquello que les apasiona, que les gratifica hacer.

Flexibiliad

Se muestran flexibles ante el cambio y lo aceptan como parte esencial de la propia vida. Ello lleva casi intrínseca una gran creatividad y una actitud productiva a la hora de tomar la iniciativa en cualquier actividad o proyecto.

Perseverancia

Buscan de manera continua convertirse en una versión mejorada de ellos mismos. Esa perseverancia que les impulsa a emplear toda su energía en alcanzar sus objetivos y metas es, sin duda, una de las claves de sus éxitos.

Positividad y afecto

Por lo general se trata de personas que poseen vínculos afectivos sólidos, que cuentan con una gran empatía y son capaces de manejar de la manera más propicia las relaciones interpersonales. Mantener este tipo de relaciones les permite pertenecer o crear círculos sociales capaces de proporcionar  sentido de pertenencia y ayuda concreta.
De esta manera, mantener una visión positiva en todos los aspectos de sus vidas no es complicado.

 

posible El crecimiento o desarrollo personal son expresiones que engloban un conjunto de propuestas que pretenden liberar el potencial humano de cualquier persona más allá de su desarrollo natural. Todo el mundo posee sueños, aspiraciones, ambiciones… y también todo el mundo cuenta con un gran potencial que, en muchas ocasiones, por diversos motivos (miedos, falta de metodología, desconocimiento…) no se aprovecha. Y la consecuencia directa es la frustración al ver cómo esos sueños y aspiraciones se esfuman. A continuación te propongo siete claves a tener en cuenta para potenciar tu desarrollo personal:

  1. ¿Qué quieres? Para saber en qué dirección comenzar a andar, debes saber dónde estás,  adónde te diriges, adónde quieres llegar y lo que quieres. Si no sabes dónde estás es imposible ir a ninguna parte. Cuanto más claro tengas lo que quieres, mejor; de esta manera podrás centrar tu atención y depositar todas tus energías en tu objetivo. A propósito de esto, comenzaba mi anterior artículo con esta frase: “Ten muy presente que tu enfoque determina tu realidad”. Te recomiendo que lo leas, en él explico con más detalle la importancia de saber exactamente lo que se quiere y centrar el foco en el objetivo.
  2. Comunícate. Aprende  a pedir y aceptar ayuda Una vez que tengas claro qué quieres, cuéntalo, comunica a la gente tus ideas y aspiraciones… si haces a los demás partícipes, cuando surja la ocasión se acordarán de ti. Aunque cueste creerlo, existe mucha gente dispuesta a ayudar, y a ayudarte a ti en particular; pero para ello es importante que sepan lo que quieres. Habla, comparte…
  3. Voluntad. Arrojo. Determinación Si realmente quieres algo, nada ni nadie podrá impedir que lo consigas; esto es algo que debes grabar en tu mente. Pero también es cierto que para conseguirlo es imprescindible tu voluntad, tu determinación, tu decisión de luchar por ese sueño sin límites. Nadie ha dicho que sea fácil (y probablemente no lo será), pero es precisamente ahí donde se verá quién realmente quería algo y quién simplemente decía quererlo. Los obstáculos y circunstancias adversas no son más que pruebas que el Universo pone en el camino… muchos se retiran al encontrarlos; algunos continúan hasta la meta. ¿A qué grupo perteneces tú?
  4. Resilencia La resilencia no es más que la capacidad de las personas de sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones o circunstancias adversas. La fuerza y la capacidad de resistir, mantenerte firme y seguir adelante con el foco puesto en tu objetivo, será lo que marque la diferencia. Cuando llegue un momento de bajón o debilidad, antes de abandonar recuerda por qué empezaste…
  5. Actitud positiva y capacidad de aprender Independientemente de cuál es tu sueño y adónde quieres llegar, sea lo que sea lo que quieres conseguir, es muy difícil que lo sepas todo, que lo controles todo, que conozcas todas las herramientas y métodos que te ayudarán a alcanzar tu objetivo, que conozcas a todas las personas necesarias para lograrlo… Pero lo que sí debes poseer siempre es una actitud positiva que te impulse siempre hacia delante y estar dispuesto/a a aprender de forma continua. Sé curioso/a, aprende, fórmate, pregunta, lee, llama, investiga, relaciónate con gente y profesionales que te puedan ayudar a avanzar.
  6. Compromiso Éxito y excelencia son sinónimos de compromiso y disciplina. Si quieres algo realmente debes apostar por ello al 100%, y eso implica renunciar, en muchas ocasiones, a muchas cosas. Dedicarte full time a la carrera hacia tu sueño te permitirá llegar, ganar. Sin embargo, si sólo le dedicas parte de tu tiempo, no sólo no avanzarás como es debido, sino que existe un mayor riesgo de dispersión.
  7. Acción Lo único que cae del cielo es la lluvia. Si quieres algo, debes ponerte en movimiento y hacer que ocurra. Ponte en marcha y poco a poco las respuestas y las soluciones irán apareciendo, abriendo y redirigiendo tu camino. No esperes el mejor momento porque nunca llegará, el mejor momento es ahora… y la mejor manera es comenzar a utilizar todos los recursos y herramientas que tienes al alcance de tu mano, y poco a poco esos recursos y herramientas mejorarán.