Actitud positiva al emprender
Una actitud positiva ante cualquier momento, situación o ámbito de nuestra vida es vital siempre. Pero lo es aún más —si cabe— a la hora de asumir un nuevo proyecto; y cuando hablo de emprender no me refiero solo a crear una empresa, me refiero a asumir y comenzar algo nuevo a nivel profesional, incluso al emprender la búsqueda de un nuevo empleo.
Con demasiada frecuencia tendemos a pensar que la actitud positiva es algo que viene dado por la personalidad, algo intrínseco que no se elige, sino que se tiene o no se tiene. Craso error. La actitud positiva es algo que elegimos tener o no tener.
Cuando asumimos nuestros objetivos y retos con posibilidad y entusiasmo, al enfrentarnos a ellos lo hacemos con mayor solvencia y seguridad. Pisamos firmes y ello, sin ninguna duda, no sólo contribuye a favor, sino que es una de las claves para alcanzar lo que deseamos.
Lo primero es la confianza, confiar en nosotros mismos…
Nadie ha dicho que sea fácil y los problemas son algo que siempre se nos va a presentar. La clave está en asumir esta realidad y, cuando lleguen, afrontarlos con esa actitud positiva y siempre enfocando la solución, entendiendo que nosotros somos parte de esa solución.
No siempre tendremos bajo control las circunstancias, pero hacerles frente con una actitud positiva es la mejor manera de dar con soluciones a cualquier contratiempo.
Pero el mirar de forma positiva hacia delante no solo nos va a ayudar a encontrar soluciones, sino que también es la mejor aliada que podemos tener para percibir mejor las oportunidades que se nos van presentando. Una mente abierta y una actitud positiva siempre abren puertas y ven con más claridad las que están abiertas y que, de otra manera, pasarían desapercibidas.
Te equivocarás. Todos cometemos errores en algún momento. Pero esto no es malo siempre que lo asumas, actúes conforme sea conveniente y luego lo dejes ir. Los errores debemos verlos como parte del aprendizaje; una vez cometido el el error, reflexionar, hacer valoraciones y quedarnos con el aprendizaje. De cualquier error, desde el más grande hasta el más pequeño, se puede aprender algo…
Después, continuar el camino con la misma actitud positiva. Un error o fracaso no debe ser excusa para adoptar una actitud negativa. Al contrario, la negatividad solo aumentará la frustración y el dolor, y además será un freno que no nos permitirá avanzar.
En cualquier proyecto o equipo, la actitud es uno de los pilares. No importa la cantidad de personas que trabajen o estén implicadas en el mismo, si los líderes cuentan con una actitud positiva y son capaces de transmitirla y hacer que sus colaboradores se contagien, porque sí, la actitud positiva, al igual que la negativa, son algo que se pega, entonces juntos encontrarán la manera de sacar el proyecto adelante.
Os sorprendería saber la cantidad de empresas y proyectos que han caído debido a la actitud del personal implicado. Muchas veces, el mayor obstáculo no lo encontramos en la competencia, sino dentro del propio proyecto, en la actitud de las personas que trabajan en él.