Líder, ¿se nace o se hace?
La eterna duda, el interrogante constante:
líder, ¿se nace o se hace?
Esta es, quizás, una de las preguntas más frecuentes -si no la que más-. Y lo cierto es que una respuesta equivocada realmente ha hecho mucho daño al liderazgo presente en cada uno de nosotros.
Existe una realidad innegable: hay líderes que nacen. Si miramos a nuestro alrededor o buscamos en el entorno que hemos vivido o nos rodea en este momento, todos hemos coincidido alguna vez con niños que desde muy corta edad muestran una personalidad e inteligencia social asombrosa, e incluso podríamos decir que superior a la de otros con su misma edad; niños que nacen con la capacidad de mover e invitar a otros a hacer cosas.
De manera equivocada, hemos creado una idea de líder que encaja con determinados rasgos de la personalidad, que cuenta con atributos concretos. Craso error.
A este respecto, el carisma es uno de esos rasgos concretos que nos inducen al error, se ha construido la creencia equivocada de que las personas carismáticas son líderes por naturaleza; sin embargo, lo cierto es que nada tiene que ver el carisma con el liderazgo. Cierto es que ser carismático y transmitir buenas energías es un pro para muchas cosas en la vida; se trata de un rasgo que atrae, es natural que la gente quiera acercarse a personas que transmiten buena energía. Pero eso no es un rasgo de liderazgo, es un rasgo de popularidad.
Hablo de carisma por poner un ejemplo concreto, pero lo cierto es que son muchos los rasgos que llevan a esta idea equivocada…Lo mismo ocurre con la oratoria, por ejemplo; se tiende a creer que los grandes oradores tienen por naturaleza madera de líderes, y tampoco es así.
La simpatía, el carisma, una buena oratoria…aunque son rasgos que ayudan, no nos convierten en líderes. El liderazgo es mucho más que eso. Y es que, más que con rasgos concretos, el liderazgo tiene que ver con una actitud ante la vida que permite llevar a otros a estar juntos.
Características de un líder
Un líder es una persona segura de símisma, de su papel, de lo que quiere y de adónde quiere ir. Se trata de una persona entusiasta capaz de gestionar sus emociones correctamente y elegir el mejor estado de ánimo a la hora de abordar situaciones cotidianas. La generosidad es otra de las características de cualquier líder, el contar con una generosidad que permita incrementar el poder de acción en las personas con las que comparte. Es capaz de construir su propia seguridad personal y manejar sus miedos a la hora de relacionarse con sus colaboradores. Una de sus prioridades es invertir en símismo con el objetivo de que los demás vean en él una posibilidad para ser lo que realmente quieren ser. El optimismo y enfrentar cualquier situación de manera positiva es su mayor arma, porque le permite sacar ganancia de todo lo que sucede. Un líder es una persona capaz de lograr con su presencia que los demás se sientan valorados.
He comenzado hablando de los líderes que nacen. Pero los líderes también se hacen. El liderazgo es algo que se puede aprender; todas y cada una de esas características de líder de las que he hablado, se pueden desarrollar y aprender. Por tanto, hay líderes que nacen y también los hay que se hacen.