¿Puede la inteligencia artificial entrevistar mejor que un humano?

Vivimos en una época en la que la tecnología avanza más rápido de lo que muchas organizaciones pueden asimilar. En particular, los procesos de selección de personal están siendo transformados radicalmente por la inteligencia artificial (IA). Lo que antes se resolvía con currículums en papel y entrevistas presenciales, hoy comienza a automatizarse con algoritmos, plataformas inteligentes y entrevistas grabadas.

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¿Estamos preparados para ser entrevistados por una máquina?

Esa es una de las preguntas más relevantes que podemos hacernos. Porque si bien los beneficios del uso de la IA en el ámbito del reclutamiento son numerosos, también conviene detenernos a pensar en sus límites.

La IA ya está en las entrevistas… y ha llegado para quedarse

La IA ya está en las entrevistas... y ha llegado para quedarseHace unos años, la idea de hacer una entrevista de trabajo con un chatbot sonaba a ciencia ficción. Hoy, es una práctica común en empresas que han adoptado soluciones de video recruitment. Algunas, como Leroy Merlin o Crédit Agricole, piden a los candidatos que graben sus respuestas ante la cámara. Un software analiza las palabras, el tono y hasta las expresiones faciales.

La principal ventaja es evidente: ahorro de tiempo y recursos. Las organizaciones pueden filtrar más candidatos en menos tiempo, sin renunciar a una primera evaluación rigurosa. Además, los sistemas de IA permiten crear descripciones de empleo más precisas, analizar tendencias del mercado laboral y cruzar competencias con vacantes de manera casi inmediata.

Un ejemplo célebre es Vera, una IA desarrollada por una start-up rusa y adoptada por IKEA. Vera es capaz de mantener conversaciones telefónicas, detectar emociones en la voz y construir perfiles psicosociales de los candidatos. Su base de datos incluye más de 13 mil millones de ejemplos lingüísticos, lo que le permite responder con un nivel de naturalidad sorprendente.

¿Qué aporta realmente la inteligencia artificial al reclutamiento?

Los beneficios no se limitan a la eficiencia. Gracias al uso de algoritmos avanzados, algunas consultoras como Randstad ya están analizando decenas de miles de currículos al día. Pero no se quedan solo en las competencias técnicas. También se miden indicadores no verbales, como el estrés, la ansiedad o el nivel de atención durante una entrevista en vídeo.

Esto abre la puerta a un tipo de selección más completo. No solo se trata de encontrar a alguien con el perfil adecuado, sino de identificar quién está realmente preparado para el puesto. En puestos muy especializados o en sectores donde hay escasez de talento, este tipo de herramientas puede marcar una gran diferencia.

Pero… ¿dónde queda la intuición humana?

intuiciónAquí es donde el entusiasmo tecnológico debe encontrar su equilibrio. Porque por más eficiente que sea una IA, hay elementos que no puede captar: la calidez de una mirada, la autenticidad de una emoción o la pasión con la que una persona habla de su experiencia.

En muchos procesos de coaching, he visto cómo un pequeño gesto, una pausa o una frase dicha con sinceridad, pueden decir más que un currículum impecable. Y eso, ningún algoritmo puede sustituirlo.

Además, si los datos con los que se entrena una IA están sesgados, existe el riesgo real de que las decisiones que tome reproduzcan esos mismos sesgos. Un sistema que fue alimentado con datos discriminatorios —aunque sea de forma no intencionada— puede perpetuar desigualdades de género, raza o edad.

¿Hacia un modelo híbrido?

En el fondo, la clave no está en elegir entre humanos o máquinas, sino en diseñar procesos donde ambos aporten lo mejor de sí. La IA puede encargarse de lo repetitivo, de cribar miles de perfiles, de sugerir candidaturas. Pero la decisión final debe seguir siendo humana, apoyada en la experiencia, la empatía y la capacidad de evaluar la compatibilidad entre personas y culturas corporativas.

He vivido con algunos clientes procesos de transformación donde la introducción de herramientas digitales supuso una mejora radical en los tiempos de contratación. Pero también he acompañado a otros en los que el exceso de automatización provocó un efecto contrario: candidatos desmotivados, entrevistas impersonales y una desconexión preocupante con los valores de la empresa.

Prepararse para un futuro colaborativo

futuro colaborativoEl mensaje es claro: la inteligencia artificial no viene a sustituirnos, sino a potenciarnos. Para los equipos de recursos humanos, el reto está en integrar esta tecnología sin perder la humanidad que debe caracterizar todo proceso de selección.

En un mundo cada vez más dominado por la velocidad, la clave del éxito será encontrar el equilibrio entre lo rápido y lo profundo, entre lo automatizado y lo humano. Porque al final, contratar a la persona adecuada sigue siendo una de las decisiones más humanas que puede tomar una organización.