De la idea al plan de acción sin morir en el intento
Llega a nuestra mente una idea. Confiamos en ella y le dedicamos semanas, quizá meses de trabajo, análisis, brainstormings… Incontables esfuerzos y recursos para elaborar el plan de negocio. Viento en popa.
Sin embargo, pasa el tiempo y meses después, ¡nada es como pensamos en un principio! Aparece la brecha entre la idea y el plan de ejecución y; ¡todo se paraliza!
Cada idea es un mundo, al igual que lo es cada emprendedor y, por supuesto, cada modelo y plan de negocio. Sin embargo, casi todos los casos de este tipo tienen un denominador común: la comunicación. O más bien, la escasa o incorrecta comunicación.
Sea cual sea tu proyecto, llevar tu idea a la práctica exige de información. Es necesaria la información precisa en cantidad y en calidad en cada momento y para todas las partes involucradas y cada miembro del equipo.
Y es aquí don de el papel del líder se torna fundamental. Un buen líder sabe interpretar los planes de su organización y comunicarlos de forma clara y precisa a los miembros de su equipo en función de las responsabilidades que cada uno de ellos.
Las tres claves para pasar de la idea a la acción
Alinear
La primera de las claves que cualquier líder ha de tener en cuenta es la de alinear las actividades, tareas y acciones de los colaboradores con los objetivos y necesidades de la empresa.
Redireccionar
No todo saldrá siempre según las previsiones. Es aquí donde el líder ha de mostrar su capacidad de encauzar el trabajo y las acciones ante cualquier imprevisto o desviación que pueda presentarse en el camino.
Mantener
Hallada la línea a seguir, el líder debe mantener a su equipo de colaboradores enfocado en las metas planteadas previamente, proporcionándoles los recursos necesarios, pero también su apoyo.
No siempre un buen plan asegura su puesta en marcha. Tampoco el sí de los colaboradores implica el trabajo en el proyecto de manera inmediata. Ni siquiera el hecho de que el líder lo vea claro asegura que los demás también y comiencen a trabajar en ello…
De hecho, muchas de estas creencias son responsables, al menos en parte, de que muchas ideas geniales caigan en saco roto al impedir que se pase al plan de acción… Y este obstáculo solo se puede superar, como decía al principio del artículo, a través de la comunicación durante todo el proceso.
Liderar un equipo no requiere lograr que el equipo sea capaz de abordar los problemas de forma diferente… Es necesario enseñar y guiar, pero la clave está en entrenar a los colaboradores para que hacerlos más eficientes y dispongan de más recursos.
¿Cómo? Te estarás preguntando…
Además de todas las prácticas de liderazgo que estoy seguro que ya estás poniendo en práctica, te invito a intentar:
Realizar listas
Haz cada día una lista con las preguntas que quieres hacer a cada uno de tus colaboradores y aquellos asuntos que quieres abordar con cada uno de ellos.
Esto te permitirá conocerlos mejor, saber cómo piensan y por qué actual como lo hacen. Además de permitir un acercamiento que se puede traducir en un aumento de la confianza.
Practica la comunicación a diario
Procura mantener cada día una conversación con cada colaborador… Tendrás muchos temas que tratar: objetivos, evolución del proyecto, asuntos operativos, etc.
La idea es que logres transmitirles con cada una de estas conversaciones que su labor es importante para la compañía, que importan y que les sirvan de ayuda para poner el foco en los objetivos a través de la motivación.