Optimismo estratégico VS Pesimismo defensivo
A mal tiempo buena cara, o eso de ver el vaso medio lleno o medio vacío con clásicos que escuchamos decimos muy a menudo.
Hoy quiero hablaros de la actitud y de cómo afecta a la productividad. Pero desde otro ángulo. Encontramos con mucha facilidad las ventajas del optimismo, pero no es muy frecuente escuchar hablar sobre las ventajas del pesimismo; lo cierto es que no es un rasgo de la personalidad que se valore. Sin embargo, aunque pueda parecer políticamente incorrecto o, al menos, sorprendente, hay estudios que demuestran que ambos tipos de mentalidad, optimista y pesimista, pueden ser favorables cuando hablamos de productividad.
Teniendo lo anterior en cuenta, cómo de positivo o negativo debes ser para alcanzar tu productividad óptima, he ahí el kid de la cuestión.
“Optimismo estratégico” VS “pesimismo defensivo”
Para el desarrollo de su obra, las autoras del libro El Poder Positivo del Pensamiento Negativo, realizaron un estudio que consistía en el análisis de dos grupos de personas: optimistas estratégicos y pesimistas defensivos.
Los primeros se caracterizan por anticipar resultados positivos y buscar las vías que puedan garantizarlos. Mientras que los pesimistas defensivos consideran todas las posibilidades de lo que podría salir mal antes de sumergirse en un proyecto.
Por lo general, la mayor parte de las personas tendemos a pensar que son los optimistas estratégicos los que mejores resultados obtienen. Sin embargo, este estudio ha concluido que los pesimistas defensivos no tienen un rendimiento menor. Sí establecieron expectativas algo menores o más bajas que los optimistas, especialmente en tareas específicas, por ejemplo las creativas o las analíticas.
Puede parecer negativo el bajar las expectativas. Pero no lo es tanto. Y es que, precisamente el mantener expectativas más bajas y cercanas, provocó una mayor motivación y esfuerzo en las personas que participaron en este estudio. Sorprendentemente, el pensamiento negativo transformó la ansiedad en acción.