RECONOCER los elementos que te hacen entender que ha llegado la hora de cambiar de trabajo.
RECONOCER, es tan importante que se escribe igual al derecho que al revés…
Durante muchos años trabajé para una empresa a tiempo completo, con las dos claves que me garantizaba seguridad en el empleo por cuenta ajena; Crecer profesionalmente y económicamente. Sin embargo, comenzaron a surgir una serie de reflexiones que comenzaron a indicarme, que quizás había llegado el momento para pensar en cambiar de trabajo. El tipo de preguntas que señalaron la posibilidad de pensar en otras opciones fueron los siguientes:
● ¿Siento que algo me falta en este empleo y podría mejorar en otro?
● ¿Siento que hay un desequilibrio en mi vida laboral?
● ¿Tengo claro qué quiero lograr en otro empleo?
Plantearme esta serie de preguntas, sin duda, fueron uno de los primeros elementos que me indicaron que había algo que renovar y de que existía una necesidad. La de reinventarme.
La necesidad de reinventarse, un indicador clave para cambiar de trabajo
Otro de los elementos que me indicaron que era el momento de buscar nuevas perspectivas, era la necesidad de reinventarme, es decir contemplarme como una persona nueva, con talentos diferentes y en busca de oportunidades innovadoras. Para lograr este proceso fue determinante iniciar un proceso de deconstrucción seguido de la reconstrucción de la propia historia profesional en la empresa en la que había trabajado hasta el momento.
Reinventarse implicaba reconocer la necesidad de retribución. Es decir comenzar reconocer que algo faltaba en mi vida laboral y que quizás podría mejorar a través de una mejor situación económica que tuviese como efecto un mejor equilibrio entre la vida personal y el trabajo, con un estilo de vida nuevo.
Realizar un balance, otro elemento orientador
Realizar un balance, es otro de los elementos que me permitieron identificar la necesidad de cambiar de horizontes y era urgente llevarlo a cabo antes de que llegará un catalizador drástico que me obligará a cambiar de empleo de una forma inesperada. Acontecimientos drásticos tales como un despido fortuito, una enfermedad, ect.
Para realizar un correcto balance fue necesario comenzar por llevar a cabo una auditoria personal. Este examen me permitiría obtener más indicadores de que era hora para cambiar y que resistirme solo generaría desmotivación y ansiedad.
Un ejercicio que me sirvió en la realización del balance fue colocar en el centro de una hoja de papel el nombre personal. Del lado izquierdo escribí las decepciones y frustraciones del empleo actual. Del lado derecho, los placeres del empleo actual. Conviene escribir las actividades laborales que se han desarrollado a través de los años en la empresa.
Una vez realizado el ejercicio, pude observar en dónde existían fuerzas que no toleraba y de ambos lados subrayé puntos de quiebre en donde identifiqué los asuntos en los que había que colocar más atención. En este sentido hay que busqué inclinar la balanza de lo desagradable hacia lo agradable para obtener un equilibrio en la vida laboral, personal y familiar.
Una vez que tuve claro los elementos que indicaron la necesidad de reinventarme y entendí que era hora de aceptar el cambio y volar hacia nuevos horizontes profesionales..