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liderazgo efectivo

Está demostrado que una de las principales claves del éxito de las empresas radica en sus equipos y en la dirección de los mismos. Independientemente de que esos equipos sean más grandes o más pequeños, afecten a una u otra actividad de la empresa, para su buen funcionamiento y óptimo rendimiento se torna imprescindible un buen líder.

Sin embargo, existen errores más comunes de lo que deberían que, cuando el líder no es consciente de ellos o no pone solución a los mismos, pueden afectar de manera muy negativa a la organización.

A continuación expongo algunos de esos errores que considero deben tenerse en cuenta para, en la medida de lo posible, evitarlos. Y en aquellos casos en los que se produzcan, minimizar su impacto:

Liderar a todos los miembros del equipo por igual

Cada persona es un mundo y a la hora de liderar no son efectivas las generalizaciones. Es fundamental adaptar el estilo de liderazgo cada persona en función de su capacidad, habilidades, el contexto, etc.

La motivación

Como decía, cada persona es un mundo y la motivación es algo muy personal. Dar por hecho que cada miembro del equipo traerá puesta de casa la motivación, como si de una prenda se tratara, es un error. Es más, si vamos un poquito más allá, lo cierto es que el clima de trabajo y la motivación de un equipo depende ampliamente de su líder.
Es por ello que, un buen líder, además de tener muy en cuenta la motivación que cada uno de los miembros de su equipo tenga, también se encargará de trabajar, crear y generar un buen clima que potencie la motivación del equipo; y esto lo hará con su actitud y, por supuesto, con sus habilidades para el liderazgo.

Mostrarse autoritario

El autoritarismo puede ser necesario en situaciones críticas o graves. Sin embargo, cuando no se trate de situaciones delicadas, un buen líder debe evitar el uso de una actitud autoritaria y apostar por un estilo de liderazgo más empático.

Tengamos en cuenta que una persona o una actitud autoritaria puede afectar muy negativamente a la motivación del equipo, lo que puede llevar a sus miembros a perder el interés y el compromiso con el proyecto.

Escucha activa

Un equipo sólo es un equipo si todos sus miembros son tenidos en cuenta, valorados y existe el interés por escucharlos a todos.

La ausencia de interés o el no escuchar a todos los miembros puede acabar generando problemas.

Conformismo

El conformismo no es bueno. Conformarse con lo que esta bien, con alcanzar los objetivos propuestos  no es buena idea. En un entorno ya altamente competitivo y en el que la competitividad continúa en imparable aumento, conformarnos con resultados mediocres es un grave error que podría tener un precio demasiado alto.

Comportamientos y personas tóxicas

Las personas o los comportamientos (aunque se produzcan de manera puntual) tóxicos, son uno de los motivos que más empuja al fracaso a los equipos. Quizá, más que el comportamiento de personas tóxicas, lo que genera graves problemas es que el líder no sepa gestionar de manera adecuada esos comportamientos.

Este tipo de actitudes tóxicas, que pueden ir desde el victimismo a la agresividad, de no ser erradicadas y gestionadas de la manera adecuada a tiempo, pueden afectar gravemente al rendimiento de cualquier equipo, incluso acabar con él.

Discrepancias

Diferencias, discordancias y discrepancias son el pan de cada día de cualquier equipo. pero no son algo malo, al contrario, un equipo no sería verdaderamente un equipo si no existieran diferencias. Y cuando hablamos de diferencias podemos clasificarlas en dos grandes grupos:

Estructurales

Aquí el kid de la cuestión gira en torno a la firma de organizarse. Todo equipo, más tarde o más temprano, acaba enfrentándose a este tipo de discrepancias en los que, habitualmente se manifiesta una lucha por el poder o la influencia en la organización del equipo.

No se trata de diferencias fáciles de resolver y, sin ninguna duda, supone todo un reto gestionar este tipo de crisis y salir victorioso. O lo que es lo mismo, lograr el futuro desempeño del equipo.

En la práctica

Aquí hablamos de diferencias en la práctica y que aparecen a la hora de trabajar, en la toma de decisiones, en las reuniones, etc.

Aparecen, sin más y muy habitualmente debido a las diferentes necesidades e ideas con respecto a los objetivos marcados de los miembros del equipo.

 

Independientemente del tipo de diferencia, cuando un equipo se enfrenta a una crisis de este tipo, está asistiendo, sin ninguna duda, a una oportunidad única de aprender y demostrar que tiene las capacidades y habilidades necesarias para lidiar con situaciones complicadas, demostrar su valía y no sólo salir airosos de la situación, sino reforzados.

Pero, ¿qué debe hacer o tener en cuenta un equipo para sacar partido a una situación de este tipo?

Lograr que el equipo asuma las diferencias como algo normal dentro de un equipo

Las discrepancias son fundamentales para progresar. Esto es así y así se le debe transmitir al equipo. pero es necesario transmitirlo de manera que el equipo entienda que las diferencias son normales y positivas de cara al progreso siempre que estén exentas de toxicidad.

Apostar por la transparencia total

Equipo es sinónimo de confianza. Y para que exista confianza es necesario hablar con claridad de aquello que preocupa a los integrantes y permitirles las información necesaria para que puedan comprender el contexto.

Mostrar una actitud conciliadora 

Gestionar las diferencias no es tarea sencilla, y para lograrlo con éxito es necesario que los miembros del equipo se comprometan a tener una actitud receptiva y conciliadora, sin tener que renunciar por ello a sus propias ideas o posturas.

Es importante tener presente que los problemas no sólo se presentan cuando uno o varios de los miembros no demuestran receptivos a ideas ajenas y se mantienen a la defensiva, sino que resulta igualmente negativo cuando hay miembros que se muestran complacientes incluso cuando las posturas chocan con sus ideas. En este último caso, sin ninguna duda, el equipo está perdiendo una grandísima y muy valiosa oportunidad para crecer.

Centrar el foco en las necesidades los objetivos comunes

Llegar a un consenso será muy complicado si no se construyen vías de acceso entre las diferentes opiniones, ideas o visiones.

Todos los miembros deben tener la convicción de que la verdad absoluta no existe. Y partiendo de esa base se podrán construir esas vías, siempre teniendo en cuenta que la otra parte también tiene su parte de razón.

De hecho, un equipo de alto rendimiento es aquel que sabe y logra crear la capacidad de crear esas vías, esos nexos de unión entre sus miembros y los puntos comunes con la intención de alcanzar una verdad compartida.

 

fusionar equipos

En los equipos ocurre algo similar que en los profesionales a nivel individual, que pasan por distintas fases durante las cuales, en ocasiones, precisan de un acompañamiento. Una de esas situaciones podría ser la fusión de varios equipos

Fusionar equipos supone la imperiosa necesidad de construir o reconstruir, dependiendo de cada caso, una confianza absoluta entre los miembros, implantar en ellos una visión común, definir al detalle los roles de cada uno, establecer cuáles serán los canales de comunicación, etc.

Poner  en orden todo esto, no es tarea simple, pero sí existen algunas premisas básicas a tener en cuenta que ayudan a que todo marche como debe y la fusión, independientemente del tipo que sea, se produzca de una manera natural y fluida; y en el caso de fusiones complicadas, como pueden ser casos en los que se han unido o absorbido departamentos de la  compañía, sean lo menos traumáticos posible.
Estos son algunas de esas premisas básicas que todo coach frente a la responsabilidad de llevar a cabo un trabajo con estas características debe tener siempre muy en cuenta:

Partir del mismo nivel 

Es fundamental que los responsables de cada uno de los equipos a fusionar comiencen este proceso partiendo de un mismo punto y a un mismo nivel, y que cuenten con el mismo grado de participación. De esta manera, todos los equipos parten desde el mismo punto, lo que evitará malestar, incomodidad, suspicacias o desconfianzas entre los miembros de los equipos.

Sesiones con los diferentes equipos por separado

Muchos son los casos de fusión de equipo que requieren de un proceso mucho más cuidadoso y sutil que, antes de intervenir en el equipo final, requiere de algunas sesiones con los diferentes equipos para poder ponerlos en situación y acompañarlos desde el origen en este proceso

Este punto permite a los integrantes de los equipos conocer al detalle la situación, expresar sus visiones, gestionar la situación y manifestar sus estados anímicos.
Conociendo todo ello, el proceso se puede llevar con una mayor seguridad…

Sesiones individuales 

Los líderes de cada uno de los equipos son piezas fundamentales en el puzzle de fusión. Y precisamente por esa relevancia, en muchos casos se apuesta posesiones de coaching individual de acompañamiento que ayudarán en el proceso de fusión.

Seguimiento

La fusión de equipos no es algo que se pueda realizar de un día para otro, ni siquiera de una semana para otra… Se trata de un proceso delicado que requiere de un seguimiento continuo durante un período de aproximadamente un año. En casos muy complicados incluso podría alargarse casi el doble ese período. Pero, sin duda, el período exacto de acompañamiento que precisará un equipo tras una fusión dependerá, en gran medida, de la madurez del propio equipo y los cambios que se vayan produciendo dentro del mismo en cuanto a objetivos, estrategias, etc.