Comunicación interna: al hacerlas, las cosas se dicen solas

comunicación internaDijo Woody Allen que “las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas”. Gran verdad.

En la empresa, la comunicación interna no es un lujo de las grandes compañías, es una necesidad de cualquier empresa, máxime en esta etapa de cambios y resultados un tanto inciertos que venimos atravesando desde hace ya algún tiempo.

Se ha convertido la comunicación interna, sin ninguna duda, en uno de los grandes retos profesionales del siglo XXI. Y es que aún son muy pocas las entidades que apuestan por el desarrollo de una correcta política de comunicación interna que facilite la implantación de los cambios necesarios para alcanzar los objetivos impuestos y desarrollar las estrategias que permitan retener el talento.

Muchas empresas ignoran o hacen caso omiso a la obviedad de que para ser competitivas y adaptarse a los cambios a los que inevitablemente nos obliga el mercado, entre sus prioridades debe estar la motivación de su equipo humano, la elaboración de estrategias que permitan retener en la empresa a los mejores

La comunicación no consiste sólo en hablar o crear discursos, la comunicación consiste en construir relaciones. Comunicar también es demostrar, es acreditar, es decir con palabras y sin ellas. Comunicar es crear un clima que facilite el entendimiento y fomente el diálogo, que ayude a comprender el porqué de las cosas, es buscar y dar sentido a aquello de lo que se presume. Comunicar es también, por supuesto, una invitación a conocer, es incitar a la curiosidad.

Uno de los principales objetivos de la comunicación interna es mejorar o aumentar la eficacia del equipo humano. Y para ello ese equipo se debe sentir cómodo, algo que sólo se consigue realmente si está informado y conoce a fondo los entramados de la compañía para la que trabaja: su filosofía, su misión, sus valores, sus estrategias… Sólo así se consigue que ese equipo se sienta integrado y parte de la empresa, de manera que todos, desde los empleados, pasando por todos los departamentos de la empresa, hasta la dirección, estén dispuestos a dar todo de sí mismos.

Cabe destacar los dos tipos de comunicación interna que existen: ascendente, es aquella comunicación que se realiza desde abajo hacia arriba en el organigrama de la compañía; y descendente, al contrario que la anterior tiene lugar desde arriba hacia abajo. Y digo que cabe destacar las dos formas porque es muy común que las empresas caigan en el error de basar su comunicación en un modelo unidireccional en el que los empleados se convierten en simples sujetos pasivos, cuando en realidad el feedback es algo muy importante, fundamental dentro de cualquier compañía; y la comunicación y el diálogo entre dirección y trabajadores debe ser constante y fluido.

Y es que no es lo mismo informar que comunicar. Podemos informar a través del lanzamiento o la transmisión de mensajes; sin embargo, la comunicación no es unidireccional, precisa de una respuesta por parte del receptor.

Cuando estamos ante una comunicación auténtica y efectiva, ésta transciende quedando impresa en los hechos y, paradójicamente, se termina forjando sin palabras.