La necesidad de innovar

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En alguna ocasión hemos hablado aquí, en el blog, de la innovación a nivel empresarial como un imperativo de negocio hoy, un imprescindible para la supervivencia de las organizaciones. Quizá, de lo que no hemos hablado tanto es de la innovación a nivel personal.

Estamos en una época de constantes cambios y para abordarla, es muy complicado haciéndolo con aquello que nos ha funcionado años atrás, ya que lo que nos aguarda es es totalmente diferente a lo que hemos conocido hasta el momento.
Las tengas más o menos arraigadas, te guste más o menos, lo cierto es que la manera de trabajar antes  solo tenía sentido antes, porque esa forma nació para resolver problemas de antaño que hoy ya no son relevantes.

La innovación a nivel empresarial no es totalmente ajena a la innovación personal.
La innovación empresarial transforma las empresas e industrias; y la innovación personal transforma a las personas y permite mejorar sus capacidades para desenvolverse e interactuar con la nueva realidad. Por tanto, no es suficiente con que las empresas innoven, sino que es fundamental que también las personas lo hagan.
Al fin y al cabo, tanto si hablamos de empresa como cuando hablamos de personas, podemos perfectamente aplicar el archiconocido refrán que dice «renovarse o morir«, puesto que tanto personas como empresas que se empeñen en continuar ancladas al pasado, dejarán de ser competitivas y relevantes en el nuevo contexto.

Innovación personal

Es habitual encontrar, cuando hablamos de innovación personal que sea confundida con el desarrollo personal. Pero no, no es lo mismo.

Es también demasiado común que cuando decimos otorgar el tiempo de reflexión que merecen nuestros sueños, objetivos y metas, lo hacemos desde la presión, el estrés, las prisas, la necesidad de inmediatez, la inseguridad, las obligaciones… Y no nos damos cuenta que todo ello distorsiona la perspectiva, nos impide ver con claridad la realidad e intuir cómo va a afectarnos o condicionar nuestro camino.

Resumiendo, muchas veces es el miedo, el miedo al fracaso el que nos impide innovar y ser capaces de encontrar soluciones diferentes, sí, y viables a la vez.

Atrévete a cuestionar lo establecido, sé curioso/a, deshazte de los prejuicios y lánzate a crear nuevas realidades, nuevas oportunidades de desarrollo, sal de la trinchera, interactúa, participa en nuevas conversaciones con gente nueva, crea y comparte valor en las nuevas redes globales, reinvéntate y redescúbrete.