lenguaje transformacionalLas palabras tienen el poder de crear realidad, ya que son capaces de modificar nuestro estado de ánimo. El nexo de unión entre las palabras y la emoción es muy claro: utilizamos las palabras y el lenguaje para dar sentido a lo que vemos y lo que ocurre, para interpretarlo; y estas interpretaciones y valoraciones que hacemos utilizando como herramienta las palabras, forman una especie de prisma a través del que vemos el mundo, un prisma que nos permite verlo de una forma muy personal.
Todos tenemos convicciones propias, certezas y creencias; de algunas somos conscientes y otras se alojan en nosotros de manera inconsciente… y todas ellas forman ese “prisma” con el que vemos la vida.

La parte positiva es que tenemos la capacidad de cambiar la forma de ver la realidad, de limpiar el prisma que nos nubla la vista o nos hace ver todo muy oscuro para dejarlo impecable y que nos permita ver con mayor claridad y optimismo, con nitidez, en color.
Todos podemos rechazar las palabras nocivas, desmotivantes y limitantes que no nos dejan ver bien para avanzar. Y, por supuesto, podemos acoger palabras de ilusión, motivadoras, positivas.
No es lo mismo decirte a ti mismo ¨no puedo hacer esto”, que decirte “no sé hacerlo aún, pero es una oportunidad genial para aprender a hacerlo”.

Las palabras no son sólo signos que corresponden a una serie de sonidos, son muchos más. Son herramientas que tienen la capacidad de crear un impacto y de afectar a las emociones y los estados de ánimo.

Son numerosos los estudios que se han realizado sobre el impacto de las palabras en las emociones y estados de ánimo.
Está científicamente demostrado que palabras negativas como ‘peligro’ o ‘imposible’ (muy utilizadas, por cierto), provocan en nosotros un incremento de la hormona de stress. Sin embargo, palabras positivas y motivantes, como ‘capaz’, provocan justo el efecto contrario.

No podemos eliminar por completo las palabras negativas de nuestro vocabulario, ya que son imprescindibles para describir situaciones o experiencias. Y porque hacerlo sería dar la espalda a la realidad en muchas ocasiones, y esto también es contraproducente. Lo que sí podemos hacer

es ser conscientes de cómo y cuando utilizamos esas palabras negativas y tratar de moldearlas con el objetivo de que su impacto sea lo más suave posible y su efecto, en lugar de negativo, sea constructivo. Cambia el “imposible” por “complicado”, el “desastre” por “desorden” o el “peligro” por “riesgo”.

Te sorprenderá comprobar cómo cambian las cosas y todo lo que comienza a suceder cuando te acostumbras a buscar las palabras adecuadas para ayudarte a ti mismo/a y a los que te rodean, en lugar de para limitarte o limitarles o anularte y anularles.

Te reto a que lo pruebes, a que comiences a utilizar el lenguaje para avanzar, construir, crecer. Y, por supuesto, luego me gustaría conocer tu experiencia ;)

comunicación internaDijo Woody Allen que “las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas”. Gran verdad.

En la empresa, la comunicación interna no es un lujo de las grandes compañías, es una necesidad de cualquier empresa, máxime en esta etapa de cambios y resultados un tanto inciertos que venimos atravesando desde hace ya algún tiempo.

Se ha convertido la comunicación interna, sin ninguna duda, en uno de los grandes retos profesionales del siglo XXI. Y es que aún son muy pocas las entidades que apuestan por el desarrollo de una correcta política de comunicación interna que facilite la implantación de los cambios necesarios para alcanzar los objetivos impuestos y desarrollar las estrategias que permitan retener el talento.

Muchas empresas ignoran o hacen caso omiso a la obviedad de que para ser competitivas y adaptarse a los cambios a los que inevitablemente nos obliga el mercado, entre sus prioridades debe estar la motivación de su equipo humano, la elaboración de estrategias que permitan retener en la empresa a los mejores

La comunicación no consiste sólo en hablar o crear discursos, la comunicación consiste en construir relaciones. Comunicar también es demostrar, es acreditar, es decir con palabras y sin ellas. Comunicar es crear un clima que facilite el entendimiento y fomente el diálogo, que ayude a comprender el porqué de las cosas, es buscar y dar sentido a aquello de lo que se presume. Comunicar es también, por supuesto, una invitación a conocer, es incitar a la curiosidad.

Uno de los principales objetivos de la comunicación interna es mejorar o aumentar la eficacia del equipo humano. Y para ello ese equipo se debe sentir cómodo, algo que sólo se consigue realmente si está informado y conoce a fondo los entramados de la compañía para la que trabaja: su filosofía, su misión, sus valores, sus estrategias… Sólo así se consigue que ese equipo se sienta integrado y parte de la empresa, de manera que todos, desde los empleados, pasando por todos los departamentos de la empresa, hasta la dirección, estén dispuestos a dar todo de sí mismos.

Cabe destacar los dos tipos de comunicación interna que existen: ascendente, es aquella comunicación que se realiza desde abajo hacia arriba en el organigrama de la compañía; y descendente, al contrario que la anterior tiene lugar desde arriba hacia abajo. Y digo que cabe destacar las dos formas porque es muy común que las empresas caigan en el error de basar su comunicación en un modelo unidireccional en el que los empleados se convierten en simples sujetos pasivos, cuando en realidad el feedback es algo muy importante, fundamental dentro de cualquier compañía; y la comunicación y el diálogo entre dirección y trabajadores debe ser constante y fluido.

Y es que no es lo mismo informar que comunicar. Podemos informar a través del lanzamiento o la transmisión de mensajes; sin embargo, la comunicación no es unidireccional, precisa de una respuesta por parte del receptor.

Cuando estamos ante una comunicación auténtica y efectiva, ésta transciende quedando impresa en los hechos y, paradójicamente, se termina forjando sin palabras.

posible El crecimiento o desarrollo personal son expresiones que engloban un conjunto de propuestas que pretenden liberar el potencial humano de cualquier persona más allá de su desarrollo natural. Todo el mundo posee sueños, aspiraciones, ambiciones… y también todo el mundo cuenta con un gran potencial que, en muchas ocasiones, por diversos motivos (miedos, falta de metodología, desconocimiento…) no se aprovecha. Y la consecuencia directa es la frustración al ver cómo esos sueños y aspiraciones se esfuman. A continuación te propongo siete claves a tener en cuenta para potenciar tu desarrollo personal:

  1. ¿Qué quieres? Para saber en qué dirección comenzar a andar, debes saber dónde estás,  adónde te diriges, adónde quieres llegar y lo que quieres. Si no sabes dónde estás es imposible ir a ninguna parte. Cuanto más claro tengas lo que quieres, mejor; de esta manera podrás centrar tu atención y depositar todas tus energías en tu objetivo. A propósito de esto, comenzaba mi anterior artículo con esta frase: “Ten muy presente que tu enfoque determina tu realidad”. Te recomiendo que lo leas, en él explico con más detalle la importancia de saber exactamente lo que se quiere y centrar el foco en el objetivo.
  2. Comunícate. Aprende  a pedir y aceptar ayuda Una vez que tengas claro qué quieres, cuéntalo, comunica a la gente tus ideas y aspiraciones… si haces a los demás partícipes, cuando surja la ocasión se acordarán de ti. Aunque cueste creerlo, existe mucha gente dispuesta a ayudar, y a ayudarte a ti en particular; pero para ello es importante que sepan lo que quieres. Habla, comparte…
  3. Voluntad. Arrojo. Determinación Si realmente quieres algo, nada ni nadie podrá impedir que lo consigas; esto es algo que debes grabar en tu mente. Pero también es cierto que para conseguirlo es imprescindible tu voluntad, tu determinación, tu decisión de luchar por ese sueño sin límites. Nadie ha dicho que sea fácil (y probablemente no lo será), pero es precisamente ahí donde se verá quién realmente quería algo y quién simplemente decía quererlo. Los obstáculos y circunstancias adversas no son más que pruebas que el Universo pone en el camino… muchos se retiran al encontrarlos; algunos continúan hasta la meta. ¿A qué grupo perteneces tú?
  4. Resilencia La resilencia no es más que la capacidad de las personas de sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones o circunstancias adversas. La fuerza y la capacidad de resistir, mantenerte firme y seguir adelante con el foco puesto en tu objetivo, será lo que marque la diferencia. Cuando llegue un momento de bajón o debilidad, antes de abandonar recuerda por qué empezaste…
  5. Actitud positiva y capacidad de aprender Independientemente de cuál es tu sueño y adónde quieres llegar, sea lo que sea lo que quieres conseguir, es muy difícil que lo sepas todo, que lo controles todo, que conozcas todas las herramientas y métodos que te ayudarán a alcanzar tu objetivo, que conozcas a todas las personas necesarias para lograrlo… Pero lo que sí debes poseer siempre es una actitud positiva que te impulse siempre hacia delante y estar dispuesto/a a aprender de forma continua. Sé curioso/a, aprende, fórmate, pregunta, lee, llama, investiga, relaciónate con gente y profesionales que te puedan ayudar a avanzar.
  6. Compromiso Éxito y excelencia son sinónimos de compromiso y disciplina. Si quieres algo realmente debes apostar por ello al 100%, y eso implica renunciar, en muchas ocasiones, a muchas cosas. Dedicarte full time a la carrera hacia tu sueño te permitirá llegar, ganar. Sin embargo, si sólo le dedicas parte de tu tiempo, no sólo no avanzarás como es debido, sino que existe un mayor riesgo de dispersión.
  7. Acción Lo único que cae del cielo es la lluvia. Si quieres algo, debes ponerte en movimiento y hacer que ocurra. Ponte en marcha y poco a poco las respuestas y las soluciones irán apareciendo, abriendo y redirigiendo tu camino. No esperes el mejor momento porque nunca llegará, el mejor momento es ahora… y la mejor manera es comenzar a utilizar todos los recursos y herramientas que tienes al alcance de tu mano, y poco a poco esos recursos y herramientas mejorarán.

 

realidad

“Ten muy presente que tu enfoque determina tu realidad”, decía Yoda.

El pensamiento puede ser controlado y dirigido. Y su poder es tal, que permite alcanzar cualquier objetivo que te propongas. Donde pones tu enfoque, estás depositando tu energía y con ello estás creando realidad.

En aprender a controlar y dirigir ese foco, en saber dónde y cómo enfocar el pensamiento, está la clave para alcanzar cualquier sueño u objetivo.

El poder del pensamiento o de la atención cuenta con tres dimensiones que podemos diferenciar fácilmente:

  1. El foco interno
    Hablamos aquí de intuición, de valores, de sueños. Esta primera dimensión hace referencia, en definitiva, a nuestras propias necesidades.
  2. El foco externo
    Esta es la dimensión que nos ayuda y permite percibir lo que nos rodea.
  3. El foco en los Otros
    Es esta dimensión la que nos permite entender a los demás, la que evita que prejuzguemos, la que nos ayuda a tener mejores relaciones y más sanas. Se trata, en definitiva y resumiéndolo en una sola palabra, de empatía.

La capacidad de mantener ese enfoque del que hablamos controlado y dirigido a conciencia, depende y reside en las regiones prefrontales del cerebro. Y esa capacidad se puede trabajar, conseguir, mejorar…

Las personas capaces de concentrarse en una actividad, tarea u objetivo controlando el enfoque, son personas más inmunes a los altibajos emocionales, con una mayor habilidad para desechar pensamientos negativos, poseen más control sobre sí mismas a la hora de enfrentarse a situaciones adversas, cuentan con mayor habilidad a la hora de ver o encontrar soluciones diferentes e innovar, pueden evitar con más facilidad dispersarse o distraerse, etc.

Según los estudios del neurocientífico Richard Davinson, cuando nos encontramos en el momento de mayor concentración, los hemisferios de nuestro cerebro se sincronizan, provocando un estado de conexión neuronal que genera Mielina, una sustancia que envuelve y protege los axones de ciertas células nerviosas y que tiene como función principal aumentar la velocidad de transmisión del impulso nervioso, y ello mejora y multiplica por 500 la velocidad de aprendizaje.

Sin embargo, cuando estamos distraídos y nos dispersamos con facilidad, la consecuencia es la contraria: se activan una serie de circuitos en el cerebro que nada tienen que ver con lo que tenemos que hacer o aprender, provocando cansancio y dificultando la tarea a realizar.

El secreto para alcanzar un sueño y lograr el éxito reside en saber combinar lo que haces con lo que te gusta, de manera que se produzca ese estado de flujo o conexión neuronal. El secreto no es otro que descubrir cómo generar ese estado de flujo.

La motivación juega aquí un papel fundamental. Para descubrir cómo generar ese estado del que hablamos, es importante combinar tareas o actividades que te exijan estar en el límite superior de tus habilidades, con tareas o actividades que te gusten, con las que disfrutes, que te apasionen.

Pero no se trata de centrarnos en un objetivo concreto y olvidar todo lo demás. Esto es también contraproducente, ya que genera une estado de tensión constante, creando conflicto entre dos zonas del cerebro: la superior y la inferior.

La zona superior es involuntaria, automática, la que atiende a las emociones e intuiciones, la que dirige nuestras acciones…
La zona inferior actúa más despacio, atiende al esfuerzo, la disciplina, la voluntad; esta zona está capacitada para aprender nuevos hábitos y controlar la zona automática.
Estas dos partes de nuestro cerebro pueden estar sincronizadas o pueden entrar en conflicto. Y eso es algo que depende de nosotros mismos y que podemos controlar.

Lo importante es evitar que la parte emocional te domine. Si logras dominarla tú a ella, lograrás cualquier cosa que te propongas.

Sobre todo es importante controlar el miedo, que se encuentra dirigido por una zona del cerebro que recibe el nombre de Amígdala. Se trata de una zona primitiva y con cierta dosis de irracionalidad que actúa a modo de radar para ponerlos en alerta ante posibles amenazas. Es fundamental que seas tú quien dirige tu amígdala y no al revés. He ahí el kid de la cuestión, la clave de la inteligencia ejecutiva.

inversionEstá considerado uno de los más grandes inversionistas del mundo. Su nombre se sitúa en la cuarta posición en la lista de los hombres más ricos del planeta, según la revista Forbes. Y, la revista Time, lo considera una de las 100 personas más influyentes del mundo.  Hablo de Warren Buffet.

El multimillonario, empresario e inversionista estadounidense, ha hecho pública, a través de un conocido medio de comunicación (Fortune), un escrito dirigido a los inversores a través del que expone las cinco claves que considera fundamentales para que una inversión resulte rentable.

En la carta enviada a la archiconocida revista, Buffet apoya su teoría en su experiencia; en pequeñas inversiones que él mismo ha llevado a cabo desde hace décadas siguiendo de manera fiel estas cinco claves que ahora ha decidido compartir y hacer públicas, y que han terminado por reportarle cuantiosos beneficios. Para muestra: su fortuna, que supera los 58 mil millones de dólares.

Uno de los ejemplos de los que habla el inversor en su misiva es una finca que adquirió hace 27 años por unos 280.00 dólares. Buffet asegura haber pisado en muy pocas ocasiones la propiedad; la seguridad para la inversión se la aportaron los resultados que de una serie de cálculos que él mismo realizó y que que le permitieron anticipar los beneficios que le podría reportar. Sin conocimientos sobre agricultura, y tampoco sobre el modelo de negocio de dicha finca, sus cálculos dieron un resultado positivo de un 10% de rentabilidad. Hoy, la propiedad en la que invirtió hace algunas décadas, no sólo ha aumentado el porcentaje de rentabilidad, sino que además vale cinco veces más de lo que le costó.

Estas son las cinco claves fundamentales para una buena inversión según Warren Buffet que han sido publicadas en Fortune:

  1. No es necesario ser experto o contar con experiencia a la hora hacer rentable una inversión. Lo que sí es imprescindible es detectar y conocer perfectamente las limitaciones de cada uno, simplificar las cosas y no dar demasiadas vueltas. Y sobre todo, desconfiar ante atractivas promesas de beneficiosa corto plazo.
  2. Analizar y evaluar muy bien la productividad futura de los activos de la inversión en cuestión es la base. Pero es importante tener presente que nadie es capaz de evaluar todas las inversiones posibles; por tanto, si no se está del todo seguro de una inversión, lo mejor es no apostar por ella.
  3. Las valoraciones no deben centrarse únicamente en si el precio del activo aumentará o no en el tiempo. De hecho, Buffet considera que, el hecho de que un activo haya aumentado con el tiempo no es una razón de peso ni motivo suficiente para realizar una inversión.
  4. Asegura el inversor estar convencido de que «son aquellos que centran su atención en el terreno de juego los que ganan el partido; y no los que mantienen la mirada en el marcador». Siguiendo esta teoría, en el ejemplo de su granja, del que habla en la misiva enviada a Fortune, explica que a la hora de adquirir la propiedad no pensó en la valoración de la misma, sino en su capacidad de producción.
  5. Contar con una visión propia de los hechos es muy importante. Tanto es así que, el famoso inversor está convencido de que moverse al son de predicciones de mercado o lo que consideran y dicen otros es, además de una pérdida de tiempo, un error, ya que podría nublar una visión propia de los hechos que podría ser importante.

valoresLos expertos en recursos humanos coinciden y aseguran que uno de los grandes errores a la hora de buscar empleo es que los aspirantes no saben transmitir sus propios valores.

Elaborar un plan de marketing profesional a la hora de buscar un nuevo empleo ayudará a obtenerlo, sin duda. Las herramientas a utilizar en esa búsqueda activa de un nuevo empleo son las habituales (currículum vitae, carta de presentación, etc.). Sin embargo, los aspirantes no deben utilizar los mismos planteamientos que utilizan a la hora de buscar un primer empleo; el motivo es simple: se supone que ya posee experiencia.

Trataré de explicarte a continuación los aspectos a tener en cuenta. Toma nota:

Carta de presentación

La carta de presentación debe explicar de forma breve tus intenciones, necesidades y aspiraciones a nivel profesional; y también los valores que eres capaz de ofrecer a la empresa.

Debe estar adaptada a cada empresa a la que se dirige. Y en ella se deben destacar de forma clara y concisa todos los antecedentes laborales que mejor encajen con las necesidades de la compañía. No olvides resaltar tus logros y vende bien tu experiencia a través de un relato persuasivo de tu vida profesional.

Es habitual que la carta tenga como destinatario el departamento de recursos humanos de la compañía: ¡evítalo! Conviene que vaya dirigida a algún directivo de compañía o a alguna persona relacionada con el departamento de recursos humanos.

El currículum vitae 

Tu CV debe ser tu retrato profesional, mostrar sus antecedentes laborales y los objetivos y metas alcanzados a nivel profesional.

Trata de incluir en tu CV fechas, datos concretos y mensurables. Y, por supuesto, los objetivos que persigues de cara a la empresa y puesto al que tratas de acceder.

La entrevista 

Debemos diferenciar entre la entrevista de una persona que responde a una oferta de empleo y la entrevista de una persona que busca promocionarse. No es lo mismo, por lo tanto no se deben afrontar y abordar de la misma manera.

Cuando la entrevista tiene como objetivo la promoción de un profesional, la relación entre el entrevistador y el entrevistado es más igualitaria y, en la mayoría de los casos, el entrevistador se muestra más abierto y receptivo a lo que le quieres transmitir y ofrecer.

Antes de acudir a la cita en la que tendrá lugar la entrevista, tómate un tiempo que te permita preparar bien tus ideas y expresar con claridad cuál es tu objetivo en la compañía.
Lograr transmitir esto con éxito hará que el entrevistador perciba de ti una imagen dinámica y de competitividad.

Para terminar, dos consejos:

Evita desvelar el nombre de la empresa en la que trabajas actualmente.

Si puedes evitarlo; hazlo. Ten en cuenta que, aunque muchas veces te prometan discreción, en algunos casos no se cumple y el entrevistador acaba llamando a la empresa para solicitar referencias. Si finalmente no obtienes ese trabajo, es posible que ello afecte a la situación en tu actual empleo, o que directamente ponga en peligro tu puesto.

Un truco para evitar tener que dar el nombre de tu empresa actual es poner en tu CV algo similar a “actualmente desarrollo mi trabajo en una multinacional del sector de las telecomunicaciones”. Es un forma sencilla de dar pistas de donde trabajas en la actualidad sin desvelar el nombre de la empresa.
Llegado el momento de la entrevista, deberás tener suficiente capacidad de análisis para valorar si realmente es conveniente decir dónde trabajas exactamente o no.

Evita hablar mal de tu actual trabajo o empresa

Es habitual que, cuando un profesional se plantea cambiar de compañía, tienda a no hablar demasiado bien de su actual trabajo o empresa. Craso error.
Esto es algo que debes evitar por una cuestión de lógica: el entrevistador puede llegar a pensar que podrías hacer lo mismo en tu nueva empresa o con tu nuevo jefe.

Para evitar esta situación puedes transmitir a tu entrevistador que uno de los principales motivos de cambio se debe a la convicción de que en esta nueva compañía lograrás desarrollar mejor tu trabajo y habilidades.

 

Recuerda que el éxito de una entrevista depende, en gran medida, de tu capacidad para comunicar a la persona que te entrevista tus objetivos y valores.

cambiar de compañía Los síntomas y circunstancias que nos llevan a desear y plantearnos un cambio de compañía, pueden ser muchos… Puede deberse a tener presentes otras necesidades profesionales, por simple desilusión, un enrarecimiento en el ambiente, por no estar de acuerdo con la política de la empresa, por descontento con el trato recibido, una relación tensa o complicada con compañeros o superiores, etc.  Sin embargo, sea cual sea el motivo final por que se plantea el cambio de trabajo a otra empresa o compañía, éste debe siempre ser coherente de cara a la carrera profesional que está en juego.

Si no estás a gusto en tu puesto de trabajo, eres libre de tomar las riendas de tu vida, hacer lo que realmente quieres y tomar decisiones que te lleven en la dirección en la que quieres que avance tu carrera. Eres dueño/a de tu vida y puedes planearla según tus propias necesidades; pero para ello debes pensar, decidir y actuar.
Para comenzar te propongo que te hagas esta pregunta: ¿Qué voy a hacer? 

El primer paso

Piensa en el futuro que deseas, visualízalo. Este ejercicio te servirá para estar preparado/a para cuando se te presente una oportunidad de cambio. Así, cuando una oferta u oportunidad llegue, te será más fácil evitar deslumbrarte por lo que a priori parece y dejarte llevar por esa necesidad de cambio; y sabrás valorar mejor si realmente es una opción que puede beneficiar tu carrera a largo plazo y debes tener en cuenta, o si se trata realmente de una oportunidad que debes dejar pasar.

¿Adónde quieres ir?

Es muy habitual encontrar casos en los que, cuando un trabajador quiere subir en el ámbito profesional, debe cambiar de empresa o compañía.
Si este también es tu caso, es fundamental una reflexión personal que te permita responder a dos preguntas muy simples: ¿dónde estoy? y ¿hacia dónde quiero ir? 

Antes de decidir un destino, es importante saber dónde estás exactamente; de lo contrario, es muy probable que acabes perdido/a. Cuando hablo de esto, me gusta poner este ejemplo, que es muy sencillo, pero ayuda a captar fácilmente el concepto: Si quieres ir a Cádiz, por ejemplo, antes de iniciar tu recorrido para llegar, debes saber dónde estás; de lo contrario, si comienzas a andar sin saber dónde estás, es muy probable que acabes en Bilbao. En el ámbito profesional ocurre exactamente igual, por ello es tan importante ubicarse y definir el objetivo.
Una vez sepas bien dónde estás y hacia dónde quieres ir, entonces es momento de poner en marcha el plan de marketing personal, o lo que es lo mismo, exponer los valores profesionales y personales que posees.

Tomar una decisión de cambio no es fácil, ni cómodo, ya que requiere salir de la zona de confort y luchar contra la incertidumbre y la posibilidad de fracasar. Nadie dijo que fuera fácil. Sin embargo, los profesionales de éxito son siempre aquellos que han sido capaces de conocer a fondo sus habilidades, aptitudes y aspiraciones; y a partir de ellas han establecido su guía. La clave está en lograr un equilibrio entre las aspiraciones personales, profesionales, familiares y sociales (el orden de prioridades depende de cada uno/a).

En el equilibrio está el secreto

Es positivo que habitualmente dediques parte de tu tiempo a reflexionar sobre tu situación, a analizar si el puesto o situación en la que te encuentras en cada momento en la empresa te está ayudando a avanzar hacia delante y acercarte, poco a poco, a tus metas; o si, por el contrario, avanzas en la dirección equivocada. Y en función de ello debes valorar si un cambio es positivo o no para la carrera que has decidido desarrollar.

El éxito no consiste sólo en obtener un título importante, en tener un gran sueldo o conseguir muchos logros. El éxito lo otorga la satisfacción que provoca el equilibrio entre esas necesidades y aspiraciones personales, profesionales, familiares y sociales que tenemos.

Para decidir quién quieres ser debes saber quién eres

Conocer qué es lo que realmente sabes hacer, lo que te gusta y lo que no te gusta hacer, es muy importante. Y para averiguarlo será necesario una retrospectiva de tu vida, examinar todo lo que has hecho, con lo que has disfrutado realmente y por qué… En resumen, se trata de descubrir las habilidades que con el tiempo has logrado aprender y que te gustaría seguir desarrollando. La pregunta es: ¿Qué quieres hacer durante el resto de tu vida? 

Antes de planear tu destino y decidir:

Interésate y conoce todas las actividades profesionales que requieren de las habilidades que has descubierto en ti, de manera que conozcas cuáles son las áreas profesionales que requieren y en las que puedes desempeñar esas habilidades.

No se trata de seguir haciendo lo mismo, se trata de realizar un planteamiento profundo que te permita descubrir todas las posibilidades que podrían acercarte o llevarte hasta objetivos.

Para conocer estas actividades: piensa y pregunta. Ya debes tener claro cuál es tu punto de partida y adónde quieres llegar; ahora debes averiguar cuáles son los caminos que pueden llevarte hasta ahí. Busca información, pregunta, consulta a conocidos u otros profesionales…

 

 

 

comunicacion eficazLa comunicación es uno de esos aspectos capaces de afectar no sólo a la vida profesional, sino también la vida personal. Quizá, ese es el motivo por el que se ha convertido en una de las principales preocupaciones. Transmitir el mensaje que realmente se quiere hacer llegar sin miedos, dudas, vergüenzas o bloqueos es fundamental para que la comunicación sea clara, sin malentendidos, pérdida de información o mensajes erróneos que lleven a resultados opuestos o totalmente diferentes a los que se pretendía.

Decía Peter Drucker que “lo más importante en la comunicación es escuchar lo que se dice.”Y asíes, lo realmente importante para lograr una correcta y eficaz comunicación es escuchar, pero no sólo lo que dicen los demás, también escucharnos a nosotros mismos cuando nos comunicamos.

Escuchar atentamente a los demás y tomar conciencia de lo que dices y la manera en que lo dices, son técnicas que puedes poner en práctica en un sinfín de situaciones cotidianas, y ello te permitirátrabajar la habilidad de comunicarte mejor y de forma más efectiva.

Ten en cuenta que somos seres sociales por naturaleza y la comunicación con otras personas es algo que llevamos a cabo a diario, sólo ese es un motivo de peso para aprender y tratar de hacerlo mejor en este aspecto. Pero si lo extrapolamos al ámbito profesional, saber comunicarse es una habilidad que, sin ninguna duda, marca la diferencia, ya que la comunicación se puede convertir en la herramienta perfecta para aumentar las posibilidades de éxito; una buena comunicación te puede llevar a conectar mejor, generar mayor confianza en los demás y en ti mismo/a, a lograr un mayor rendimiento, te permitirátener una mayor capacidad de resolución a la hora de enfrentarte a conflictos en el trabajo, a mejorar tu autoestima y la de tus compañeros o empleados, etc.

¡Pasa a la acción!

Tomar conciencia de la importancia de la comunicación es fundamental. Si esto ya lo tienes, es momento de pasar a la acción…Y como dice el conocido refrán, el “movimiento se demuestra andando”…

Márcate un reto. Seguramente hay en el trabajo algún tema se podría mejorar o algún asunto que tienes pendiente. Este podría ser un buen momento para comenzar a trabajar tu comunicación…

Antes de comenzar, hazte y responde estas preguntas:

  • ¿Quéquiero decir?
  • ¿Cómo lo quiero decir?
  • ¿Quéquiero transmitir?
  • ¿Quéquiero lograr con ello?

Imaginemos que desde hace algún tiempo te enfrentas a cierto descontrol o desorganización en tu trabajo que te lleva a perder demasiado tiempo en cosas que realmente no son necesarias o productivas en el momento. Entonces, tomas la decisión de poner en práctica tus habilidades de comunicación con tu jefe para mejorar este aspecto y te preguntas…

¿Quéquiero decir? Que me gustaría hacer mejor mi trabajo y pedirle que nos ayude a reestructurar el equipo y definir mejor las competencias o tareas que corresponden a cada uno.

¿Cómo lo quiero decir? Siempre de forma educada, pero también de una forma clara  y contundente que muestre mi interés por el trabajo y mi propio rendimiento.
¿Quéquiero transmitir? Que me interesa mi trabajo, mostrar implicación y ganas de trabajar de una forma productiva y eficiente, de manera que no sólo los resultados sean mejores, sino que todos podamos trabajar mejor y más motivados.
¿Quéquiero lograr con ello? Conocer exactamente mis tareas y mi rol dentro del equipo de trabajo o la compañía, saber cuáles son mis objetivos en cada momento para poder centrar el enfoque en alcanzarlos.

Este es sólo un ejemplo, pero puedes llevarlo a una situación propia. Hazte esas cuatro preguntas, respóndelas y luego ponte manos a la obra y comienza a trabajar tu habilidad a la hora de comunicarte. Una vez que comiences a ponerla en práctica comenzarás también a comprobar lo importante que resulta escuchar y tomar conciencia a la hora de comunicarte y, sobre todo, comenzarás a comprobar cómo una buena comunicación es una potente herramienta para crear relaciones interpersonales más fuertes y seguras y a la hora de conseguir resultados más exactos

leader se nace o se haceLa eterna duda, el interrogante constante:

líder, ¿se nace o se hace?

Esta es, quizás, una de las preguntas más frecuentes -si no la que más-. Y lo cierto es que una respuesta equivocada realmente ha hecho mucho daño al liderazgo presente en cada uno de nosotros.

Existe una realidad innegable: hay líderes que nacen. Si miramos a nuestro alrededor o buscamos en el entorno que hemos vivido o nos rodea en este momento, todos hemos coincidido alguna vez con niños que desde muy corta edad muestran una personalidad e inteligencia social asombrosa, e incluso podríamos decir que superior a la de otros con su misma edad; niños que nacen con la capacidad de mover e invitar a otros a hacer cosas.

De manera equivocada, hemos creado una idea de líder que encaja con determinados rasgos de la personalidad, que cuenta con atributos concretos. Craso error.

A este respecto, el carisma es uno de esos rasgos concretos que nos inducen al error, se ha construido la creencia equivocada de que las personas carismáticas son líderes por naturaleza; sin embargo, lo cierto es que nada tiene que ver el carisma con el liderazgo. Cierto es que ser carismático y transmitir buenas energías es un pro para muchas cosas en la vida; se trata de un rasgo que atrae, es natural que la gente quiera acercarse a personas que transmiten buena energía. Pero eso no es un rasgo de liderazgo, es un rasgo de popularidad.

Hablo de carisma por poner un ejemplo concreto, pero lo cierto es que son muchos los rasgos que llevan a esta idea equivocada…Lo mismo ocurre con la oratoria, por ejemplo; se tiende a creer que los grandes oradores tienen por naturaleza madera de líderes, y tampoco es así.

La simpatía, el carisma, una buena oratoria…aunque son rasgos que ayudan, no nos convierten en líderes. El liderazgo es mucho más que eso. Y es que, más que con rasgos concretos, el liderazgo tiene que ver con una actitud ante la vida que permite llevar a otros a estar juntos.

Características de un líder

Un líder es una persona segura de símisma, de su papel, de lo que quiere y de adónde quiere ir. Se trata de una persona entusiasta capaz de gestionar sus emociones correctamente y elegir el mejor estado de ánimo a la hora de abordar situaciones cotidianas. La generosidad es otra de las características de cualquier líder, el contar con una generosidad que permita incrementar el poder de acción en las personas con las que comparte. Es capaz de construir su propia seguridad personal y manejar sus miedos a la hora de relacionarse con sus colaboradores. Una de sus prioridades es invertir en símismo con el objetivo de que los demás vean en él una posibilidad para ser lo que realmente quieren ser. El optimismo y enfrentar cualquier situación de manera positiva es su mayor arma, porque le permite sacar ganancia de todo lo que sucede. Un líder es una persona capaz de lograr con su presencia que los demás se sientan valorados.

He comenzado hablando de los líderes que nacen. Pero los líderes también se hacen. El liderazgo es algo que se puede aprender; todas y cada una de esas características de líder de las que he hablado, se pueden desarrollar y aprender. Por tanto, hay líderes que nacen y también los hay que se hacen.

 

 

 

 

como ascender en el trabajoNadie te va a señalar en un mapa el camino correcto que debes recorrer para lograr un ascenso hasta la cúspide de tu carrera profesional. Esto es algo que debes descubrir por ti mismo/a.
Lo que sípuedes encontrar son personas dispuestas a orientarte y ofrecerte consejos que te pueden ayudar a ascender; eres túquien debe valorarlos y decidir cómo aplicarlos. El trayecto que te llevaráa un ascenso en tu carrera depende, en gran medida, de ti y de tus decisiones.

 

 

  1. Márcate metas Identifica dónde te encuentras y dónde quieres llegar. Si lo tienes claro, comienza a establecerte metas concretas que quieres alcanzar a corto, medio y largo plazo.
  2. Ten iniciativa propiaNo te mantengas en la pasividad a la espera de que te encarguen o pidan algo. Adopta una actitud proactiva, adelántate, participa, busca y aporta soluciones… Trata de ir más allá de lo que se espera de ti.
  3. Sé curioso/a

    Sé curioso/a, interésate por todo lo que te rodea, pregunta y escucha con atención. Esta es, sin ninguna duda, la mejor manera de ganarse el respeto de compañeros y jefes.
  4. Capacitación constante

    Recíclate, actualízate, busca siempre ampliar tus conocimientos en todo aquello que te interese y te pueda servir para mejorar.
    Existen compañías que dan la importancia que merece a este punto e invierten en la formación de sus empleados, pero si no es tu caso, no dudes en invertir tú en ti mismo/a, no te arrepentirás.
  5. Creación de equipos

    El espíritu y capacidad de trabajar y crear equipos es tanto o más importante que los conocimientos o la experiencia adquirida.
    A largo plazo, contar con esta capacidad es una garantía, ya que las nuevas demandas se inclinan en este sentido… Y es que el éxito no se consigue solo.
  6. Sé resolutivo/a

    Ser resolutivo, contar con la capacidad de dar solución a los conflictos o posibles incidentes es, sin lugar a dudas, uno de los aspectos que más valoran los empleadores.
    Cuando un jefe asigna una tarea, lo hace con la intención de olvidarse de ella considerándola ya realizada o resuelta. Y a la hora de decidir quien asciende, el desempeño en ambientes o situaciones adversas es uno de los principales aspectos que se evalúan.
  7. Muéstrate

    No se trata de exhibirte, sino de hacerte visible.
    Cuida tu comunicación dentro de la empresa, sé coherente y comunícate de la forma más fluida posible, tanto a nivel horizontal (suministrarndo apoyo emotivo y social entre los trabajadores y/o compañeros; a la hora de coordinar las tareas para la plantilla, de modo que estén organizadas y sean cogerentes unas con otras, etc.) como a nivel vertical (con tu compañeros, trabajadores y superiores). Y si tienes una idea, compártela.
  8. Aléjate de rumores

    Evita y aléjate de chismes y rumores. Desde luego, esta es la peor de las alternativas si lo que buscas es ganarte la confianza de tu jefe.
    Los rumores despiertan envidias, generan confusión, malos entendidos y, por lo general, no aportan nada positivo.
  9. Si tienes un jefe tóxico, actúa

    Una persona tóxica, se caracteriza, entre otras cosas, por no reconocer los logros de sus colaboradores. Y un jefe tóxico, no lo hará.
    Si tu jefe es un jefe tóxico, actúa. Ten en cuenta que no tendrá ningún reparo en prescindir de tus servicios es cualquier momento, simplemente te utilizará mientras le convenga. Ante una situación así, en la que sabes que no podrás avanzar, busca un cambio, ya sea tratando de cambiar el puesto o tarea dentro de la compañía o directamente cambiando de empresa.
  10. Liderazgo

    Plantéate seriamente lo que quieres hacer y hasta dónde quieres llegar. Y una vez que conozcas a la perfección lo que quieres, aprende cómo hacer que te sigan. Ser un líder es algo que se puede aprender.